El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial son dos instituciones que han influido profundamente en la economía global desde mediados del siglo XX. Aunque a menudo se las menciona juntas, tienen funciones diferentes y complementarias. Ambas surgieron en un contexto histórico muy particular: el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo necesitaba reconstrucción económica, estabilidad monetaria y cooperación entre naciones. A través de su historia, estos organismos han sido protagonistas en procesos de ajuste, financiamiento, desarrollo e incluso controversia.
La historia del FMI y el Banco Mundial comienza en 1944, durante la Conferencia de Bretton Woods en New Hampshire, Estados Unidos. En ese evento participaron 44 países con el objetivo de establecer un nuevo orden económico internacional que evitara los errores que llevaron a la Gran Depresión y al conflicto bélico. En esa reunión nacieron oficialmente ambas instituciones, con mandatos bien diferenciados. Mientras que el FMI se encargaría de velar por la estabilidad monetaria global, el Banco Mundial sería el brazo financiero para la reconstrucción y el desarrollo.
Con el paso del tiempo, sus funciones se ampliaron y adaptaron a los cambios del sistema económico internacional. Desde los programas de estabilización macroeconómica en América Latina y África, hasta el financiamiento de proyectos de infraestructura en Asia o la lucha contra la pobreza extrema, el FMI y el Banco Mundial han estado presentes en momentos decisivos de la economía global. Su rol ha sido especialmente visible durante crisis financieras, como la de la deuda latinoamericana en los 80, la crisis asiática en los 90, la crisis de 2008 y recientemente durante la pandemia de COVID-19.
En esta guía vamos a recorrer el origen y evolución de estas dos instituciones, sus mandatos originales, cómo han cambiado con el tiempo, sus intervenciones más conocidas y las críticas que han recibido. Comprender el papel del FMI y del Banco Mundial no solo permite conocer cómo funciona la economía global, sino también cómo se toman decisiones que impactan directamente en las vidas de millones de personas en todo el mundo.
La Conferencia de Bretton Woods: el nacimiento de dos pilares económicos
En julio de 1944, mientras la Segunda Guerra Mundial aún no había terminado, representantes de 44 países se reunieron en la ciudad de Bretton Woods, con el objetivo de crear una arquitectura financiera internacional que evitara futuras crisis. Fue un momento histórico. Allí se establecieron las bases para un sistema económico basado en la cooperación multilateral, la estabilidad cambiaria y el desarrollo económico.
De esa conferencia surgieron dos instituciones clave: el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, conocido hoy como Banco Mundial. El FMI tendría la tarea de supervisar el sistema monetario internacional, apoyar a los países con problemas de balanza de pagos y fomentar la estabilidad cambiaria. El Banco Mundial, en cambio, sería el encargado de brindar financiamiento para la reconstrucción posbélica y posteriormente para el desarrollo económico a largo plazo en países de ingresos bajos y medios.
Ambas instituciones comenzaron a operar formalmente en 1945, una vez ratificadas por los países miembros. En sus primeros años, se enfocaron en Europa, especialmente en la reconstrucción de economías devastadas por la guerra. Sin embargo, con el Plan Marshall impulsado por Estados Unidos, el Banco Mundial reorientó su foco hacia países en vías de desarrollo, mientras que el FMI comenzó a intervenir en procesos de ajuste fiscal y estabilidad monetaria.
El FMI: funciones, estructura y evolución
El Fondo Monetario Internacional tiene como objetivo principal asegurar la estabilidad del sistema monetario internacional. Su función inicial era supervisar el cumplimiento del sistema de tipos de cambio fijos establecido en Bretton Woods, donde las monedas estaban vinculadas al dólar y este, a su vez, al oro. Tras el colapso de este sistema en 1971, el FMI adaptó su rol al nuevo entorno de tipos de cambio flexibles.
Actualmente, el FMI realiza varias funciones clave:
- Supervisión de políticas macroeconómicas de los países miembros.
- Asistencia financiera en caso de crisis mediante préstamos con condicionalidades.
- Asistencia técnica y capacitación a gobiernos y bancos centrales.
- Publicación de datos económicos y análisis global.
El FMI cuenta con 190 países miembros (2024) y su financiamiento proviene principalmente de las cuotas que cada país aporta. Estas cuotas determinan el poder de voto, lo que ha generado críticas por el predominio de las economías desarrolladas en la toma de decisiones.
El Fondo ha estado involucrado en programas de ajuste estructural en América Latina durante la crisis de deuda en los años 80, en el apoyo a países de Europa del Este tras la caída del bloque soviético, y más recientemente en la respuesta a la crisis financiera global y la pandemia.
El Banco Mundial: desarrollo, infraestructura y reducción de la pobreza
El Banco Mundial, a diferencia del FMI, está orientado a proyectos de desarrollo a largo plazo. Está compuesto por cinco instituciones, siendo las dos principales el BIRF (Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento) y la AIF (Asociación Internacional de Fomento). El BIRF presta a países de ingresos medios, mientras que la AIF asiste a países de bajos ingresos con financiamiento en condiciones favorables.
Sus áreas de trabajo incluyen:
- Financiamiento de proyectos de infraestructura (carreteras, energía, agua, etc.).
- Apoyo a programas sociales, educativos y de salud.
- Desarrollo rural y agrícola.
- Reformas institucionales y fortalecimiento de capacidades estatales.
Con sede en Washington D.C., el Banco Mundial ha sido clave en el diseño de políticas de desarrollo y en el financiamiento de megaproyectos. También ha promovido programas orientados a reducir la pobreza extrema, la desigualdad y mejorar el acceso a servicios básicos. Como el FMI, su estructura de poder ha sido objeto de debate por el peso que tienen ciertos países en las decisiones estratégicas.
Críticas y controversias
A pesar de su rol fundamental, el FMI y el Banco Mundial han enfrentado múltiples críticas. Muchos señalan que los programas del FMI, especialmente durante los años 80 y 90, impusieron políticas de austeridad que agravaron la pobreza y el desempleo en varios países. Se los acusa de priorizar el equilibrio fiscal sobre el bienestar social, generando inestabilidad social y política.
En el caso del Banco Mundial, las críticas han girado en torno a proyectos que causaron desplazamientos de comunidades, daños ambientales o corrupción. También se ha cuestionado el enfoque tecnocrático y la falta de participación local en el diseño de los programas. A pesar de las reformas internas, ambas instituciones siguen enfrentando desafíos en materia de legitimidad, gobernanza y eficacia.
El rol actual en un mundo cambiante
En las últimas décadas, tanto el FMI como el Banco Mundial han intentado modernizarse y adaptarse a un contexto global más complejo. Han incorporado temas como el cambio climático, la igualdad de género, la digitalización, la resiliencia frente a pandemias y la transparencia institucional.
Durante la crisis del COVID-19, ambas instituciones jugaron un rol clave en la asistencia financiera y técnica a países en desarrollo. El FMI lanzó mecanismos de financiamiento rápido, mientras que el Banco Mundial apoyó campañas de vacunación, programas sociales de emergencia y reactivación económica. Esto demostró que, a pesar de las críticas, su capacidad de respuesta sigue siendo relevante.
En la actualidad, el mundo enfrenta nuevos desafíos: transición energética, tensiones geopolíticas, inflación global, crisis de deuda y digitalización financiera. En ese contexto, el FMI y el Banco Mundial deben redefinir su papel para seguir siendo útiles y legítimos. La presión por una reforma que redistribuya poder de decisión hacia economías emergentes sigue creciendo.
Conclusión
La historia del FMI y del Banco Mundial es también la historia del sistema económico global desde mediados del siglo XX. Nacidas en Bretton Woods con la intención de evitar nuevas crisis económicas y fomentar el desarrollo, estas dos instituciones han estado en el centro de casi todas las decisiones financieras internacionales importantes durante los últimos 80 años.
El FMI, con su rol en la estabilidad macroeconómica, y el Banco Mundial, con su enfoque en el desarrollo estructural, han influido en políticas, presupuestos y proyectos en decenas de países. Han brindado apoyo técnico, financiero y analítico, pero también han sido objeto de cuestionamientos sobre su legitimidad, impacto social y falta de representación equitativa.
Comprender cómo han evolucionado, cómo operan y qué desafíos enfrentan es fundamental para cualquier persona interesada en economía internacional, desarrollo sostenible o gobernanza global. No se trata solo de saber qué hacen, sino de entender cómo sus decisiones afectan vidas concretas, especialmente en los países más vulnerables.
En un mundo donde los desequilibrios económicos, las crisis sanitarias y el cambio climático demandan respuestas globales coordinadas, el rol del FMI y del Banco Mundial será más importante que nunca. Pero su eficacia dependerá de su capacidad de transformarse, escuchar y actuar con equidad. La historia de estas instituciones sigue escribiéndose y el futuro exigirá más cooperación, más transparencia y una visión verdaderamente global del desarrollo.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la diferencia entre el FMI y el Banco Mundial?
El FMI se enfoca en la estabilidad macroeconómica y el sistema monetario internacional, mientras que el Banco Mundial financia proyectos de desarrollo a largo plazo en países de ingresos bajos y medios.
¿Cuántos países integran el FMI y el Banco Mundial?
Ambas instituciones tienen 190 países miembros, aunque su poder de voto varía según las cuotas aportadas.
¿Por qué han sido criticados el FMI y el Banco Mundial?
Por imponer políticas de ajuste que han afectado el bienestar social, por falta de participación local en proyectos, y por estructuras de gobernanza dominadas por países desarrollados.
¿Qué rol jugaron durante la pandemia de COVID-19?
Proporcionaron asistencia financiera, técnica y logística para mitigar los efectos económicos y sanitarios de la pandemia, especialmente en países en desarrollo.