Cuando estalla una guerra, los mercados financieros suelen entrar en pánico. La incertidumbre geopolítica, la interrupción de las cadenas de suministro y la inestabilidad económica generan caídas en los índices bursátiles y movimientos abruptos en las monedas. Sin embargo, a lo largo de la historia, ciertos activos han demostrado una capacidad única para mantenerse o incluso prosperar durante periodos de conflicto. Comprender qué inversiones sobreviven a las guerras puede marcar la diferencia entre preservar tu patrimonio o sufrir pérdidas irreparables.
Esta guía explora cuáles son esas inversiones históricamente resistentes, por qué logran mantenerse estables o subir en tiempos de guerra, y cómo puedes estructurar una cartera defensiva en caso de conflicto geopolítico. Desde metales preciosos hasta sectores estratégicos, conocer estas herramientas te permite operar con mayor seguridad en entornos extremos.
Oro: el refugio tradicional por excelencia
El oro es, sin duda, la inversión más emblemática cuando hablamos de guerras. Desde la antigüedad, ha sido considerado una reserva de valor. En tiempos de paz, el oro puede parecer menos atractivo frente a activos de mayor rendimiento, pero en tiempos de guerra brilla con fuerza. Su escasez, facilidad de almacenamiento y reconocimiento global hacen que inversores y gobiernos lo busquen como refugio ante la incertidumbre.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el oro se mantuvo como una reserva clave para muchas economías. En conflictos más recientes, como la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022, el oro volvió a ganar protagonismo como activo de seguridad. Además, el oro no depende de políticas monetarias de un solo país, lo cual lo aísla del colapso de divisas locales durante conflictos.
Bonos de gobiernos estables
Aunque los bonos suelen verse como activos vulnerables ante la inflación que provocan las guerras, en algunos contextos, los bonos de gobiernos muy sólidos pueden mantenerse como inversiones defensivas. Países con bajo nivel de deuda y monedas fuertes suelen ver una migración de capital hacia sus instrumentos de deuda cuando hay crisis internacionales.
Un ejemplo reciente fue el bono del Tesoro estadounidense. A pesar de conflictos geopolíticos, la deuda de EE. UU. sigue siendo considerada una inversión relativamente segura, especialmente en horizontes cortos y medios. En este contexto, los bonos también cumplen una función como cobertura temporal para preservar valor.
Materias primas estratégicas
Durante las guerras, muchas materias primas incrementan su valor debido a la interrupción del suministro y al aumento en la demanda militar e industrial. El petróleo, el gas natural, los granos y los metales industriales como el cobre o el aluminio, tienden a subir en escenarios bélicos prolongados.
Esto se debe a que las guerras suelen concentrarse en zonas productoras clave, lo que afecta las exportaciones y genera escasez global. Por ejemplo, durante conflictos en Oriente Medio, el precio del crudo ha experimentado subidas considerables. Invertir en ETFs de commodities o en acciones de empresas relacionadas puede ser una estrategia defensiva eficaz.
Acciones de sectores defensivos
Si bien el mercado accionario en general sufre durante las guerras, hay ciertos sectores que históricamente logran mantenerse o incluso crecer. Estos sectores son conocidos como “defensivos” porque su demanda no cae en tiempos de crisis. Entre ellos se encuentran la industria militar, defensa, salud, alimentación y servicios públicos.
Empresas proveedoras de equipos militares, tecnología de defensa, o contratistas gubernamentales suelen ver un aumento en sus ingresos durante conflictos armados. Del mismo modo, las compañías de servicios públicos o farmacéuticas tienden a ser menos volátiles ante la incertidumbre.
Divisas fuertes y refugios monetarios
Las divisas de economías estables tienden a apreciarse en tiempos de guerra. El dólar estadounidense, el franco suizo y, en menor medida, el yen japonés, han sido históricamente divisas que actúan como refugio. Cuando estalla un conflicto, los inversionistas venden activos en mercados emergentes y migran hacia estas monedas seguras.
Una estrategia puede ser mantener parte del capital en cuentas en divisas estables, o bien invertir en ETFs que replican el comportamiento de estas monedas. Esto permite reducir el impacto de una eventual devaluación o crisis monetaria local.
Criptomonedas: ¿una nueva alternativa?
En los últimos años, muchos inversionistas se han volcado hacia las criptomonedas como una alternativa de resguardo ante crisis. Si bien su comportamiento es más volátil, activos como Bitcoin han demostrado cierto atractivo como reserva de valor, especialmente en países en guerra o con bloqueos bancarios.
Durante el conflicto entre Rusia y Ucrania, las criptomonedas se usaron tanto como medio de transferencia de fondos como para proteger el capital de ciudadanos en zonas afectadas. Aun así, el riesgo regulatorio y su alta volatilidad hacen que no sean una opción universal para todos los perfiles de inversión.
Inversión inmobiliaria selectiva
En países no involucrados directamente en la guerra, la inversión en bienes raíces puede funcionar como reserva de valor. Especialmente en ciudades consideradas refugios financieros, los inmuebles suelen mantener su precio o incluso subir durante conflictos globales, debido al flujo de capitales que huyen de zonas de guerra.
Sin embargo, en países en conflicto o con fronteras cercanas al conflicto, el mercado inmobiliario puede desplomarse. Por eso, se trata de una estrategia que requiere análisis profundo y visión geopolítica antes de ejecutarse.
Invertir en defensa: una doble cara
Las acciones de empresas de defensa y armamento suelen verse favorecidas por los aumentos de presupuesto militar que traen consigo las guerras. En EE. UU., por ejemplo, compañías como Lockheed Martin o Raytheon han visto subir sus acciones durante conflictos internacionales. No obstante, este tipo de inversión plantea un dilema ético para muchos inversionistas que priorizan valores sostenibles o ESG.
Si se opta por invertir en defensa, es importante conocer el tipo de armamento o tecnología que desarrollan estas empresas y su alineación con normas internacionales. Algunos fondos de inversión excluyen estas compañías de su cartera por razones éticas, mientras otros las incluyen por su capacidad de generar rendimiento en tiempos inestables.
Conclusión
Las guerras, además de ser tragedias humanas, representan una fuerte disrupción para los mercados. Aun así, la historia demuestra que algunas inversiones no solo sobreviven, sino que prosperan en medio del caos. Identificar estas oportunidades no es una forma de sacar provecho de la violencia, sino una estrategia legítima de protección patrimonial.
Desde el oro hasta los bonos estables, pasando por materias primas estratégicas y sectores defensivos, el abanico de opciones es amplio. Lo importante es diversificar y entender el contexto geopolítico para no quedar expuesto a riesgos excesivos. Invertir sin planificación en tiempos de guerra puede ser fatal, pero invertir con información puede marcar la diferencia.
Finalmente, más allá de las oportunidades financieras, toda estrategia de inversión en tiempos de guerra debe ir acompañada de sensibilidad humana y responsabilidad. Las decisiones tomadas no solo deben proteger tu capital, sino también alinearse con tus valores personales. Invertir en medio de un conflicto debe ser un acto consciente, no solo técnico.
Preguntas Frecuentes
¿Es seguro invertir durante una guerra?
Invertir durante una guerra conlleva altos niveles de riesgo, pero también puede ofrecer oportunidades si se eligen los activos adecuados. Las inversiones consideradas refugio, como el oro, ciertos bonos y sectores defensivos, pueden ser más estables que los activos tradicionales. Sin embargo, es fundamental realizar un análisis cuidadoso y mantener una cartera diversificada.
¿Qué activos son los más volátiles durante un conflicto bélico?
Las acciones de empresas cíclicas, las divisas de países emergentes y los mercados bursátiles en zonas afectadas tienden a ser altamente volátiles. Además, las materias primas energéticas como el petróleo pueden experimentar subidas abruptas por temores a la oferta, mientras que otras como el turismo o el lujo suelen caer bruscamente.
¿Las criptomonedas sirven como refugio en tiempos de guerra?
Las criptomonedas como Bitcoin han sido utilizadas en ciertos conflictos como forma de proteger capital o realizar transacciones fuera del sistema bancario tradicional. No obstante, su alta volatilidad y falta de regulación global hacen que no sean una solución universal para todos los inversionistas. Pueden ser útiles como parte de una estrategia diversificada.
¿Qué papel juegan los bonos en contextos bélicos?
Depende del país emisor. Los bonos de gobiernos sólidos con baja exposición al conflicto pueden actuar como refugio. Sin embargo, en países directamente involucrados en la guerra o con economías frágiles, los bonos pueden perder valor rápidamente. Es clave evaluar la estabilidad fiscal y monetaria del emisor antes de invertir.
¿Invertir en defensa es rentable pero poco ético?
Esa es una pregunta que cada inversor debe responder según sus principios. Es cierto que las empresas del sector defensa tienden a beneficiarse en periodos de conflicto por el aumento del gasto militar. Pero también es cierto que muchas carteras éticas o ESG excluyen estas compañías. Es importante tener claridad sobre los valores personales antes de invertir en este tipo de activos.