Durante la explosiva expansión del ecosistema de las criptomonedas entre 2020 y 2021, Celsius Network emergió como uno de los actores más importantes del mundo DeFi (finanzas descentralizadas). Fundada por Alex Mashinsky, Celsius ofrecía una propuesta tentadora: ganar intereses altos por depositar criptomonedas y acceder a préstamos sin vender tus activos. Durante un tiempo, su modelo parecía funcionar a la perfección, atrayendo millones de usuarios y miles de millones de dólares en criptoactivos bajo gestión. Sin embargo, a mediados de 2022, todo se vino abajo. Celsius anunció la suspensión de retiros, swaps y transferencias entre cuentas, dejando a sus usuarios sin acceso a sus fondos. Esta decisión encendió las alarmas en toda la industria cripto y marcó el inicio del colapso de la plataforma.
El caso de Celsius es fundamental para comprender los riesgos del sistema DeFi, los peligros del apalancamiento excesivo, la falta de transparencia y cómo una crisis de confianza puede desencadenar el colapso de todo un ecosistema. Esta guía explora el ascenso meteórico de Celsius, las señales tempranas de alerta, el congelamiento de fondos y las consecuencias legales y financieras que sacudieron al mundo cripto.
¿Qué era Celsius Network y por qué fue tan popular?
Celsius Network fue fundada en 2017 como una plataforma de préstamos cripto y generación de intereses. En esencia, su modelo permitía a los usuarios depositar activos digitales como Bitcoin, Ethereum, USDC, entre otros, a cambio de intereses que podían alcanzar cifras de dos dígitos anuales. Al mismo tiempo, ofrecía préstamos con colateral cripto para quienes necesitaban liquidez sin vender sus tenencias.
Entre sus características más atractivas se incluían:
- Altos rendimientos por depósitos, superiores a los de cualquier banco tradicional.
- Préstamos rápidos con intereses relativamente bajos.
- Ausencia de comisiones por transacciones internas.
- Una interfaz sencilla y orientada a usuarios no expertos.
La promesa de "banca sin bancos" fue particularmente seductora para una generación desencantada con las instituciones financieras tradicionales. Con la explosión de los precios del Bitcoin y otras criptomonedas, Celsius vivió su auge. En octubre de 2021, la plataforma reportó tener más de 25 mil millones de dólares en activos bajo gestión.
Las primeras señales de alerta
A pesar de su éxito inicial, Celsius presentaba varios elementos que preocupaban a los analistas más atentos. Una de las principales críticas era la opacidad de su modelo operativo. Aunque se presentaba como una empresa DeFi, operaba más como una firma centralizada sin auditorías externas claras. Los usuarios no sabían con exactitud cómo se invertían sus fondos ni qué nivel de riesgo se estaba asumiendo.
Además, Celsius ofrecía rendimientos elevados que muchos expertos consideraban insostenibles. Para pagar intereses de hasta el 17% anual, necesitaban generar rendimientos aún mayores en sus operaciones, lo que implicaba estrategias cada vez más arriesgadas. En lugar de limitar su exposición, Celsius comenzó a participar en inversiones complejas en otras plataformas DeFi y fondos de alto riesgo. Incluso llegó a usar fondos de clientes para financiar proyectos propios sin comunicarlo de forma transparente.
También empezaron a aparecer problemas de liquidez. Varios reportes señalaban que la empresa no tenía suficiente respaldo para cubrir todos sus pasivos. Sin embargo, el equipo de Celsius, encabezado por Alex Mashinsky, negaba cualquier dificultad y aseguraba que todo estaba bajo control.
El congelamiento de fondos y el colapso
El 12 de junio de 2022, en medio de una caída generalizada del mercado cripto, Celsius anunció que suspendía de forma indefinida todos los retiros, intercambios y transferencias entre cuentas. La medida se justificó como una acción “para estabilizar la liquidez y proteger los activos de los clientes”. Este anuncio generó pánico instantáneo. Los usuarios no podían acceder a su dinero, y la confianza en Celsius se desplomó de inmediato.
La decisión desencadenó una serie de eventos negativos:
- La cotización del token CEL (nativo de la plataforma) colapsó.
- Otras plataformas relacionadas con Celsius también comenzaron a tener problemas.
- Usuarios organizados en redes sociales comenzaron campañas legales y de presión pública.
La situación se agravó con la revelación de que Celsius tenía una gran exposición a activos ilíquidos o difíciles de vender rápidamente, como stETH, un derivado de Ethereum. Además, se confirmó que parte de su modelo dependía de inversiones fallidas en otras plataformas como Anchor Protocol (conectada al ecosistema de Terra/LUNA), que también había colapsado semanas antes.
La bancarrota y consecuencias legales
Un mes después del congelamiento, en julio de 2022, Celsius se declaró en bancarrota bajo el Capítulo 11 en Estados Unidos. En la presentación legal, la empresa reconoció un agujero financiero de más de 1.2 mil millones de dólares entre activos y pasivos. Más de 1.7 millones de usuarios quedaron atrapados, sin acceso a sus fondos y con pocas garantías de recuperación.
Las consecuencias legales no se hicieron esperar. El CEO Alex Mashinsky fue duramente criticado por sus declaraciones engañosas previas al colapso. En 2023, fue acusado formalmente de fraude por diversas autoridades estadounidenses, incluyendo la SEC (Securities and Exchange Commission) y la CFTC (Commodity Futures Trading Commission). Las acusaciones incluían:
- Promesas falsas sobre la seguridad de los fondos.
- Declaraciones públicas que ocultaban los riesgos reales.
- Malversación de los activos de clientes.
Además, se descubrió que Mashinsky había retirado millones de dólares de la plataforma en momentos clave antes del colapso, lo que generó aún más indignación entre los usuarios afectados. A la fecha, el proceso judicial sigue en marcha y los acreedores continúan negociando acuerdos para recuperar al menos una parte de sus fondos congelados.
Lecciones del caso Celsius
El colapso de Celsius dejó numerosas lecciones para inversores, reguladores y el ecosistema cripto en general:
- Rendimientos excesivos implican riesgos excesivos. Una tasa del 17% anual no es sostenible sin asumir riesgos que eventualmente pueden volverse insostenibles.
- La transparencia es clave. En un entorno descentralizado, los usuarios deben exigir pruebas verificables de reservas, auditorías independientes y acceso a información clara.
- El apalancamiento puede destruir incluso a empresas grandes. Celsius se expuso demasiado, sin un colchón real de seguridad.
- Los tokens nativos no son garantía de valor. El colapso del token CEL mostró cómo las plataformas pueden manipular precios internamente sin respaldo externo real.
- La regulación llegará inevitablemente. La ausencia de control dejó a miles de usuarios sin protección. Hoy, muchos países trabajan en nuevas normas para evitar que se repitan estos casos.
¿Qué pasa con los usuarios afectados?
Desde la declaración de bancarrota, se ha iniciado un proceso legal para reorganizar los activos y tratar de compensar a los acreedores, incluyendo a los usuarios comunes. Algunos informes recientes indican que parte de los fondos podrían recuperarse, aunque con importantes recortes. También se está estudiando la posibilidad de relanzar la plataforma como una nueva empresa bajo gestión externa, lo que permitiría recuperar algo del capital, aunque no necesariamente en efectivo.
Sin embargo, la mayoría de los usuarios aún no han recibido ninguna compensación significativa, y la incertidumbre sigue presente. A pesar de algunas iniciativas comunitarias para presionar legalmente, el proceso es lento y complejo, con múltiples jurisdicciones involucradas.
Conclusión
Celsius fue un experimento ambicioso que ofrecía rendimientos excepcionales en un entorno de entusiasmo generalizado por las criptomonedas. Sin embargo, su caída demostró los peligros de la opacidad, el apalancamiento desmedido y la falta de regulación en las finanzas descentralizadas. A medida que se profundizan las investigaciones, queda claro que el colapso no fue un accidente, sino el resultado de decisiones empresariales mal fundamentadas y, en algunos casos, potencialmente fraudulentas.
Para los usuarios, la lección es clara: en el mundo cripto, la confianza se construye no solo con tecnología, sino con transparencia, responsabilidad y una gestión prudente del riesgo. Celsius ofrecía libertad financiera, pero terminó atrapando a millones en una de las crisis más significativas del ecosistema. Aunque aún se espera que parte de los fondos sean recuperados, el daño a la confianza ya está hecho.
En definitiva, el caso Celsius se convirtió en un llamado de atención para toda la industria. Servirá como precedente en los tribunales, pero también como advertencia permanente para quienes busquen altos retornos sin evaluar adecuadamente los riesgos. En un entorno donde la innovación financiera avanza más rápido que las leyes, el juicio crítico y la diligencia del inversor se vuelven herramientas fundamentales.
Preguntas frecuentes
¿Qué hacía Celsius Network?
Celsius ofrecía servicios de préstamo y generación de intereses con criptomonedas. Los usuarios podían depositar sus criptoactivos y recibir pagos semanales en tokens, o solicitar préstamos usando sus criptomonedas como colateral.
¿Por qué congelaron los fondos en Celsius?
La plataforma suspendió los retiros debido a una crisis de liquidez. Había demasiadas solicitudes de retiro y no suficientes fondos líquidos disponibles para cubrirlas. Esto se agravó por inversiones fallidas y una gestión financiera riesgosa.
¿Los usuarios pudieron recuperar su dinero?
En su mayoría, no. Tras la bancarrota, se inició un proceso legal para intentar recuperar parte de los fondos, pero muchos usuarios siguen sin acceso a su dinero. Aún no hay garantías de devolución completa.
¿Celsius era una estafa?
No se trató de una estafa piramidal clásica, pero hubo elementos de mala gestión, falta de transparencia y posible fraude. Por eso, sus directivos enfrentan cargos legales por engañar a los usuarios y poner en riesgo sus fondos.