¿Qué es la curva de Phillips y qué nos dice sobre inflación y desempleo?

La curva de Phillips es una herramienta central en la macroeconomía que describe una posible relación inversa entre la inflación y el desempleo. Formulada inicialmente a fines de los años 50 por el economista neozelandés Alban William Phillips, esta curva plantea que, en el corto plazo, cuando el desempleo disminuye, la inflación tiende a aumentar, y viceversa. Es decir, existe una disyuntiva: para reducir el desempleo, es probable que se produzca un aumento en la inflación, y para controlar la inflación, podría ser necesario aceptar mayores tasas de desempleo.

Esta relación, observada empíricamente en Reino Unido durante varias décadas del siglo XX, fue adoptada rápidamente por economistas y responsables de política monetaria como una guía útil para entender los efectos de las decisiones macroeconómicas. Sin embargo, con el paso del tiempo, la validez de la curva de Phillips ha sido debatida, reformulada y reinterpretada a la luz de distintos contextos históricos, especialmente tras fenómenos como la estanflación en los años 70, que desafió su lógica básica.

Aun así, la curva de Phillips sigue siendo una pieza clave para analizar la interacción entre inflación y empleo, así como para el diseño de políticas económicas. Es especialmente relevante para los bancos centrales que, al definir sus tasas de interés, deben considerar cómo sus acciones afectan tanto al crecimiento como a la estabilidad de precios. En esta guía, exploraremos en profundidad qué es la curva de Phillips, cómo se interpreta, cuáles son sus limitaciones, cómo ha evolucionado su formulación teórica y qué papel juega actualmente en la economía moderna.

Orígenes de la curva de Phillips

La curva de Phillips se basa en un estudio empírico publicado en 1958 por A. W. Phillips, quien analizó datos del Reino Unido entre 1861 y 1957. En ese trabajo, encontró una correlación negativa entre la tasa de desempleo y la tasa de variación de los salarios nominales. Posteriormente, economistas como Paul Samuelson y Robert Solow extendieron este análisis, sugiriendo que existía una relación similar entre desempleo e inflación.

La idea era simple: en períodos de bajo desempleo, los trabajadores tienen mayor poder de negociación, lo que lleva a aumentos salariales. Estos aumentos, trasladados a precios por las empresas, generan inflación. Por el contrario, cuando hay alto desempleo, la presión sobre los salarios disminuye, conteniendo también la inflación.

Este enfoque implicaba que los responsables de la política económica podían elegir un punto sobre la curva: ¿preferían una economía con más inflación pero menos desempleo, o una con precios estables pero más desocupación? Durante años, esta lógica dominó el pensamiento económico en muchos países.

Funcionamiento de la curva en el corto plazo

En el corto plazo, la curva de Phillips sugiere que existe una relación inversa y explotable entre inflación y desempleo. Esta versión de la curva se representa gráficamente como una línea descendente: a menor desempleo, mayor inflación, y a mayor desempleo, menor inflación.

Esta lógica se utilizó en la posguerra para justificar políticas fiscales y monetarias expansivas en contextos de bajo crecimiento. Se pensaba que era posible estimular la economía (bajando el desempleo) a costa de un incremento moderado en los precios. Sin embargo, esta visión comenzó a ser cuestionada a partir de los años 70.

Durante esa década, muchas economías avanzadas experimentaron estanflación: inflación alta y desempleo alto simultáneamente. Este fenómeno no podía explicarse con la curva de Phillips tradicional, lo que llevó a una revisión de su validez y a nuevas propuestas teóricas que incorporaban expectativas.

Curva de Phillips con expectativas

En respuesta a la estanflación, economistas como Milton Friedman y Edmund Phelps introdujeron la noción de expectativas adaptativas. Argumentaron que la relación entre inflación y desempleo solo podía sostenerse en el corto plazo si los agentes económicos no anticipaban correctamente la inflación futura. Una vez que los trabajadores y empresas ajustan sus expectativas, la curva se desplaza.

Según esta versión, existe una “tasa natural” de desempleo —también conocida como NAIRU (Non-Accelerating Inflation Rate of Unemployment)— a la cual la inflación es estable. Si la política económica intenta mantener el desempleo por debajo de esta tasa, la inflación aumentará de forma persistente, porque las expectativas se ajustarán al alza. Por tanto, la curva de Phillips se vuelve vertical en el largo plazo.

Este enfoque implica que no es posible explotar la relación entre inflación y desempleo de forma sostenible. Si un gobierno intenta reducir el desempleo por debajo de su nivel natural mediante estímulos monetarios o fiscales, solo logrará inflación creciente sin mejoras duraderas en el empleo.

Evolución reciente de la curva de Phillips

En las últimas décadas, la relación entre inflación y desempleo ha sido más débil de lo que la curva de Phillips tradicional sugería. Desde la crisis financiera global de 2008, muchas economías desarrolladas han registrado tasas de desempleo moderadas o altas sin que se produjera un aumento significativo en la inflación. Incluso en Estados Unidos, tras una década de recuperación del mercado laboral, la inflación se mantuvo baja hasta 2021.

Esto ha llevado a algunos economistas a declarar que la curva de Phillips está “muerta” o que su pendiente se ha aplanado. En otras palabras, la relación entre inflación y desempleo existe, pero es mucho más débil que antes. Se han propuesto varias explicaciones para este fenómeno:

  • Globalización: La competencia internacional ha limitado la capacidad de las empresas para subir precios.
  • Avances tecnológicos: La automatización ha cambiado la dinámica del mercado laboral.
  • Expectativas ancladas: La credibilidad de los bancos centrales ha mantenido las expectativas de inflación estables.
  • Debilidad del poder sindical: Menor capacidad de negociación salarial reduce la presión inflacionaria.

Implicaciones para la política económica

La curva de Phillips sigue siendo una referencia importante para la política monetaria, aunque con matices. Los bancos centrales, como la Reserva Federal o el Banco Central Europeo, monitorean de cerca la relación entre inflación y desempleo, pero ya no asumen que se trata de una relación fija o estable.

Hoy, la curva de Phillips se interpreta como una herramienta más flexible, dependiente del contexto, de las expectativas y de factores estructurales. Esto ha llevado a un enfoque más prudente: se reconoce que las políticas expansivas pueden no generar inflación rápidamente, pero también que su efecto sobre el empleo puede ser limitado si hay rigideces estructurales.

En contextos como el pospandemia, donde la inflación repuntó en muchas regiones, los bancos centrales volvieron a observar la curva de Phillips para estimar cuánto impacto tenía el mercado laboral en las presiones de precios. Sin embargo, también quedó claro que otros factores —como las cadenas de suministro o los precios de la energía— tienen un peso creciente en la inflación.

Críticas y debates actuales

Aunque útil, la curva de Phillips ha sido objeto de críticas por simplificar demasiado una relación compleja. Entre las principales objeciones se encuentran:

  • No distingue entre causas de la inflación: demanda vs. oferta.
  • Puede variar según el país, sector o momento histórico.
  • Asume homogeneidad en el mercado laboral, lo cual no siempre es cierto.
  • No incluye factores como la política fiscal, el endeudamiento o los precios internacionales.

Aun así, sigue siendo una herramienta valiosa para comprender los posibles dilemas de la política económica. Su utilidad radica en ofrecer un marco de análisis, no en predecir con exactitud numérica los resultados de cada política.

Conclusión

La curva de Phillips representa uno de los conceptos más influyentes en la historia de la macroeconomía moderna. Al mostrar una relación entre inflación y desempleo, ayudó durante décadas a orientar las decisiones de política económica, especialmente en lo que respecta a la gestión del ciclo económico. Si bien su interpretación ha cambiado con el tiempo, y su forma se ha ajustado a la luz de nuevas evidencias y teorías, la idea central de que existe una interacción entre el nivel de actividad económica y los precios sigue siendo válida.

Comprender la curva de Phillips permite a economistas, gobiernos e inversionistas analizar cómo las condiciones del mercado laboral pueden influir en la inflación, y viceversa. No obstante, su utilidad depende de reconocer sus limitaciones. No se trata de una ley fija, sino de una relación condicional, influenciada por las expectativas, la credibilidad de los bancos centrales, la estructura productiva y el contexto internacional.

En un mundo marcado por cambios tecnológicos, globalización, pandemias y tensiones geopolíticas, la relación entre desempleo e inflación se ha vuelto más compleja. Aun así, la curva de Phillips continúa siendo una brújula útil para navegar los dilemas de la política económica, especialmente cuando se trata de encontrar un equilibrio entre crecimiento y estabilidad de precios.

Por eso, más allá de las modas teóricas, el estudio de la curva de Phillips sigue siendo esencial para entender cómo funcionan las economías reales, cómo responden ante choques externos y qué límites enfrentan los gobiernos al intentar maximizar el empleo sin desatar presiones inflacionarias insostenibles.

 

 

 

Preguntas frecuentes

¿La curva de Phillips funciona en todos los países?

No necesariamente. Su validez depende del contexto institucional, la estructura del mercado laboral, la política monetaria y otros factores. Algunos países muestran una relación más fuerte que otros.

¿Sigue siendo válida la curva de Phillips hoy en día?

En parte sí. La relación entre inflación y desempleo sigue existiendo, pero es más débil y compleja que antes. Por eso se considera una herramienta flexible, no una regla rígida.

¿Qué es la NAIRU?

Es la tasa de desempleo que no acelera la inflación. Se considera una referencia para la política monetaria y está relacionada con la versión moderna de la curva de Phillips.

¿Cómo se representa gráficamente la curva de Phillips?

En el eje horizontal se coloca la tasa de desempleo y en el eje vertical la tasa de inflación. En el corto plazo, la curva tiene pendiente negativa; en el largo plazo, es vertical.

Author Hernan González

Hernan González

Desde México, Hernán González ha convertido su pasión por las finanzas en una misión: hacer que el conocimiento económico sea accesible para todos. A través de sus artículos, traduce el lenguaje técnico del trading y la inversión en contenido útil, ameno y aplicable para quienes buscan entender y mejorar su relación con el dinero.