El value investing, o inversión en valor, es una de las estrategias más reconocidas y respetadas en el mundo de las finanzas. Popularizada por Benjamin Graham y perfeccionada por Warren Buffett, esta filosofía se basa en identificar activos que están infravalorados por el mercado, comprarlos a precios atractivos y mantenerlos a largo plazo hasta que su valor real sea reconocido. Es una estrategia paciente, racional y fundamentada en análisis, alejada de modas especulativas o movimientos emocionales.
Tradicionalmente, el value investing se ha aplicado analizando acciones individuales: ratios como el precio/beneficio (P/E), valor contable, flujo de caja, entre otros. Sin embargo, este proceso requiere tiempo, experiencia y un seguimiento constante de las empresas. Para quienes desean aplicar esta estrategia sin entrar en el análisis individual de compañías, los ETFs se han convertido en una herramienta ideal. Existen numerosos ETFs que replican índices de valor, seleccionando automáticamente empresas con características típicas de este enfoque.
Invertir en ETFs de value investing permite acceder a carteras diversificadas de empresas subvaloradas, con costos bajos y sin la necesidad de investigar cada acción por separado. Además, gracias a la evolución de los productos financieros, hoy es posible encontrar ETFs de valor enfocados en distintas regiones, capitalizaciones bursátiles e incluso estilos de gestión activa o pasiva. Esto abre un abanico de posibilidades para aplicar value investing con eficiencia y adaptado a diferentes perfiles de riesgo.
En esta guía veremos cómo funcionan los ETFs orientados al value investing, qué tipos existen, cómo seleccionarlos, cuáles son los más conocidos y cómo integrarlos en una estrategia a largo plazo. También abordaremos ventajas, desafíos y buenas prácticas para sacarle el máximo provecho a esta poderosa combinación: la filosofía de inversión en valor y la eficiencia de los fondos cotizados.
¿Qué es el value investing y cómo se refleja en un ETF?
El value investing es una estrategia de inversión que busca identificar activos que están cotizando por debajo de su valor intrínseco. El inversor en valor considera que el mercado, a corto plazo, puede ser irracional, pero a largo plazo tiende a corregir las distorsiones. Por tanto, comprar activos subvalorados y mantenerlos con paciencia puede generar rentabilidades superiores.
Un ETF que replica esta filosofía selecciona empresas con fundamentos sólidos pero que, por alguna razón, tienen precios bajos en relación a sus métricas contables. Esto se hace utilizando filtros cuantitativos como:
- Bajo precio en relación al beneficio (P/E ratio)
- Bajo precio en relación al valor contable (P/B)
- Alta rentabilidad por dividendo
- Flujos de caja estables
- Historial de ingresos positivos
Al replicar índices de valor (como el Russell 1000 Value o el MSCI World Value), estos ETFs permiten acceder a cientos de empresas value en un solo instrumento. Esto elimina la necesidad de analizar cada empresa manualmente y brinda una forma automatizada de aplicar la estrategia.
En resumen, un ETF de value investing actúa como un gestor sistemático que selecciona y mantiene activos con características típicas de empresas subvaloradas, permitiendo aplicar esta estrategia de forma pasiva pero eficiente.
Tipos de ETFs de value investing disponibles en el mercado
Existen diferentes tipos de ETFs que siguen estrategias de value investing. Aunque todos comparten el objetivo de invertir en empresas subvaloradas, varían en cuanto a su enfoque geográfico, tamaño de las compañías incluidas, y método de selección. A continuación, los principales tipos:
1. ETFs de valor por capitalización
- Large Cap Value: Empresas grandes y consolidadas. Ej: Vanguard Value ETF (VTV)
- Mid Cap Value: Empresas medianas con potencial. Ej: iShares S&P Mid-Cap 400 Value ETF (IJJ)
- Small Cap Value: Empresas pequeñas, más volátiles pero con gran potencial. Ej: iShares S&P Small-Cap 600 Value ETF (IJS)
2. ETFs de valor internacional
- MSCI EAFE Value ETF (EFV) – Empresas value de Europa, Asia y Oceanía
- Vanguard FTSE All-World ex-US Value ETF (VFV) – Exposición global excluyendo EE.UU.
3. ETFs de value factor
Algunos ETFs no siguen un índice tradicional, sino que aplican modelos cuantitativos para seleccionar acciones con fuerte presencia del “factor valor”. Ejemplos:
- Invesco S&P 500 Pure Value ETF (RPV)
- iShares Edge MSCI USA Value Factor ETF (VLUE)
- Schwab Fundamental U.S. Large Company Index ETF (FNDX)
También existen ETFs con enfoque mixto (blend), que combinan acciones de crecimiento y valor, pero para una estrategia puramente de value investing, lo ideal es mantener la exposición concentrada en ETFs especializados en este enfoque.
Ventajas y desventajas de usar ETFs para value investing
Invertir en ETFs de valor tiene múltiples beneficios, pero también algunas consideraciones importantes. A continuación, un análisis objetivo:
Ventajas:
- Diversificación: Accedes a decenas o cientos de empresas en un solo fondo.
- Bajo costo: La mayoría de estos ETFs tienen ratios de gastos (TER) muy competitivos.
- Requiere poco tiempo: No necesitas analizar empresas una por una.
- Rebalanceo automático: Los ETFs ajustan su composición periódicamente siguiendo su índice.
- Accesibilidad: Puedes invertir desde montos bajos en plataformas tradicionales o digitales.
Desventajas:
- No hay control individual: No puedes elegir qué empresas específicas incluye el fondo.
- Exposición a empresas “trampa de valor”: Algunas empresas pueden parecer baratas, pero están en declive estructural.
- Menor flexibilidad táctica: No puedes ajustar la estrategia en función de eventos o ciclos específicos.
- Rendimiento relativo: A veces, las acciones de crecimiento superan al value por varios años, lo que puede desalentar a inversores impacientes.
En general, los ETFs de value investing son una excelente alternativa para quienes quieren aplicar esta filosofía con una mentalidad de largo plazo y sin complicarse con análisis técnico o fundamental avanzado.
Cómo construir una estrategia de value investing con ETFs
Una vez que entiendes cómo funcionan estos instrumentos, puedes estructurar tu cartera de forma inteligente combinando diferentes tipos de ETFs de valor. Aquí te damos un ejemplo paso a paso para construir una estrategia sólida:
- Define tu horizonte de inversión: El value investing requiere tiempo. Idealmente más de 5 años.
- Selecciona 2 o 3 ETFs diversificados: Por ejemplo, uno de large caps, otro de small caps y uno internacional.
- Establece una asignación por porcentajes: Por ejemplo: 50% VTV (EE.UU.), 25% IJS (small caps), 25% EFV (internacional).
- Revisa cada 6-12 meses: Ajusta si hay desbalance significativo en la distribución.
- Reinvierte dividendos: Si tu objetivo es crecimiento, activa la reinversión automática de dividendos.
Esta estrategia combina simplicidad, eficiencia y la esencia del value investing: paciencia, racionalidad y visión a largo plazo.
Conclusión
El value investing ha demostrado ser, a lo largo del tiempo, una de las filosofías de inversión más resilientes, racionales y exitosas. Aunque requiere paciencia y convicción, puede generar rendimientos atractivos ajustados al riesgo, especialmente cuando se aplican sus principios de forma sistemática. Gracias a los ETFs, esta estrategia se ha democratizado, permitiendo que cualquier inversor, sin importar su experiencia o capital, pueda aplicarla con inteligencia y eficiencia.
Utilizar ETFs orientados al value investing ofrece acceso inmediato a carteras de empresas subvaloradas, con costos bajos, diversificación global y automatización en el rebalanceo. Ya no es necesario dedicar horas a estudiar balances ni perseguir oportunidades ocultas. Hoy, con una selección adecuada de ETFs, es posible aplicar los mismos principios que guiaron a gigantes como Warren Buffett o Charlie Munger.
Sin embargo, es importante recordar que el value investing no garantiza resultados inmediatos. Hay periodos en los que el mercado favorece a las acciones de crecimiento, y otros en los que el value resurge con fuerza. El inversor en valor debe mantener una mentalidad de largo plazo, confiar en su proceso y no dejarse llevar por modas pasajeras.
Si buscas una estrategia fundamentada, accesible y alineada con una visión prudente del mercado, los ETFs de value investing pueden ser una excelente incorporación a tu portafolio. Solo necesitas claridad en tus objetivos, un poco de disciplina y los instrumentos correctos. Y con eso, estarás invirtiendo no solo con lógica, sino también con legado.
Preguntas Frecuentes
¿Cuál es la diferencia entre un ETF de valor y uno de crecimiento?
Un ETF de valor incluye empresas subvaloradas en relación a sus fundamentales, mientras que uno de crecimiento invierte en compañías con alto potencial de expansión futura, aunque estén caras hoy.
¿Puedo combinar ETFs de valor y de crecimiento?
Sí. Muchos inversores hacen una estrategia “blend” que incluye ambos estilos. Pero si tu enfoque es value investing puro, lo ideal es mantener una exposición concentrada en ETFs de valor.
¿Cuánto tiempo debería mantener un ETF de value investing?
El value investing es una estrategia de largo plazo. Lo recomendable es mantener la inversión al menos 5 a 10 años para ver resultados consistentes.
¿Los ETFs de valor reparten dividendos?
Generalmente sí. Muchas empresas value reparten dividendos, por lo que los ETFs que las agrupan suelen distribuir pagos periódicos a los inversores.