Cuando escuchamos hablar de la bolsa de valores, de empresas que "cotizan" o de personas que "compran acciones", es común preguntarse: ¿qué es exactamente una acción? ¿Qué representa y por qué tanta gente invierte en ellas? Las acciones están en el corazón del sistema financiero y son uno de los vehículos más utilizados para construir patrimonio a lo largo del tiempo.
Una acción es mucho más que un simple número en una pantalla. Representa una parte real de una empresa, una fracción de su propiedad, y conlleva ciertos derechos económicos y políticos. Al invertir en acciones, no solo estás apostando por que su precio suba, sino que también estás confiando en la capacidad de esa empresa para crecer, generar beneficios y sostenerse en el tiempo.
En esta guía aprenderás qué es una acción, cómo funciona dentro del mercado bursátil, los tipos que existen, cómo se gana dinero con ellas y qué factores debes tener en cuenta antes de invertir. Tanto si estás dando tus primeros pasos en el mundo de las inversiones como si ya operas con cierta experiencia, entender el concepto de acción es fundamental.
Vamos a desglosarlo todo de forma clara y sin tecnicismos innecesarios, con ejemplos y consejos útiles para que puedas tomar decisiones más informadas y seguras.
¿Qué es una acción?
Una acción es una unidad de propiedad en una empresa. Cuando compras una acción, te conviertes en accionista, es decir, dueño de una pequeña parte de esa compañía. Cuantas más acciones poseas, mayor será tu participación y, por ende, mayor tu derecho sobre los beneficios y decisiones corporativas.
Las acciones existen porque las empresas necesitan capital para crecer, financiar proyectos, contratar personal o expandirse a nuevos mercados. En lugar de pedir un préstamo bancario, muchas compañías deciden salir a bolsa y ofrecer partes de su propiedad a cambio de dinero. Es decir, emiten acciones.
Estas acciones luego se compran y venden libremente en mercados como la Bolsa de Nueva York (NYSE), el Nasdaq, la Bolsa de Londres o cualquier otra bolsa de valores. El precio de cada acción cambia constantemente según la oferta y demanda, así como por las expectativas del mercado sobre la empresa.
Comprar una acción no te da control absoluto sobre la empresa, pero sí derechos importantes como recibir dividendos (si los hay), votar en juntas de accionistas o beneficiarte de la apreciación del precio con el tiempo.
¿Cómo funciona una acción en el mercado?
Las acciones se negocian en los mercados bursátiles, donde compradores y vendedores interactúan para determinar el precio. Este precio se ve afectado por numerosos factores: resultados financieros, noticias, situación económica global, anuncios de productos, competencia, etc.
Cuando una empresa quiere salir a bolsa por primera vez, realiza una Oferta Pública Inicial (IPO, por sus siglas en inglés), en la que fija un precio inicial para sus acciones. A partir de ese momento, esas acciones pueden ser adquiridas por cualquier inversor que tenga acceso a una plataforma de trading o broker.
Una vez en el mercado, el precio de las acciones fluctúa cada segundo. Por ejemplo, si muchos inversores creen que una empresa tendrá un gran crecimiento, comprarán sus acciones, lo que elevará su precio. Por el contrario, si hay malas noticias o resultados por debajo de lo esperado, puede haber ventas masivas que hagan bajar su valor.
Este dinamismo es el que hace que invertir en acciones sea una actividad atractiva, pero también riesgosa. Por eso es importante tener una estrategia, conocer los fundamentos de la empresa y no dejarse llevar por las emociones o las modas del momento.
Tipos de acciones
Existen varios tipos de acciones, aunque las más comunes se dividen en dos grandes grupos:
- Acciones ordinarias: son las más comunes. Dan derecho a voto en las juntas de accionistas y a recibir dividendos (si se reparten). Su valor puede aumentar o disminuir según el mercado.
- Acciones preferentes: no suelen dar derecho a voto, pero tienen prioridad en el pago de dividendos y en caso de liquidación de la empresa. Ofrecen menos riesgo, pero también menor potencial de crecimiento.
Además, dentro de las acciones ordinarias puede haber subdivisiones como acciones Clase A o Clase B, con distintos niveles de derecho a voto, o acciones emitidas en diferentes países bajo formatos como ADRs (American Depositary Receipts), que permiten comprar acciones extranjeras desde EE.UU.
Elegir qué tipo de acción comprar dependerá de tu perfil de riesgo, tus objetivos de inversión y tu interés en participar o no en la gobernanza de la empresa.
¿Cómo se gana dinero con acciones?
Existen principalmente dos formas de ganar dinero con acciones:
- Ganancia por valorización: si compras una acción a $50 y luego la vendes a $70, has ganado $20 por acción. Esta diferencia de precio se conoce como ganancia de capital.
- Dividendos: algunas empresas reparten una parte de sus ganancias entre los accionistas. Si posees acciones de una empresa que paga dividendos, recibirás ingresos periódicos solo por mantenerlas.
Hay inversores que prefieren empresas que pagan dividendos constantes (como las del sector consumo o energía), mientras que otros apuestan por empresas en crecimiento que reinvierten sus ganancias en expansión, lo que puede reflejarse en una subida mayor del precio de la acción.
En cualquier caso, ambas vías requieren planificación, análisis y paciencia. Invertir en acciones no es un juego de azar, sino una construcción gradual de valor a lo largo del tiempo.
¿Qué factores afectan el precio de una acción?
El precio de una acción es el resultado directo de la interacción entre compradores y vendedores en el mercado, pero detrás de cada movimiento hay múltiples factores que influyen en esa oferta y demanda. Uno de los principales elementos es el desempeño financiero de la empresa: si una compañía presenta buenos resultados en sus reportes trimestrales —con ingresos sólidos, crecimiento sostenido y rentabilidad estable— es probable que el mercado reaccione positivamente, elevando su cotización. Por el contrario, si los beneficios caen o se anuncian pérdidas inesperadas, los inversores tienden a vender, generando una caída en el precio.
También influyen factores externos, como el contexto económico general. Noticias sobre inflación, tasas de interés, políticas monetarias o tensiones geopolíticas pueden afectar el ánimo del mercado y hacer que los precios de las acciones suban o bajen incluso si la empresa no ha hecho ningún anuncio. Por ejemplo, una subida en las tasas de interés por parte de un banco central puede afectar negativamente al precio de muchas acciones, ya que encarece el acceso al crédito para las empresas y reduce el apetito de riesgo por parte de los inversores.
Otro aspecto clave es el sentimiento del mercado, que responde muchas veces más a expectativas que a hechos concretos. Rumores sobre fusiones, cambios en la dirección, lanzamientos de nuevos productos o incluso menciones en redes sociales pueden disparar compras o ventas masivas en cuestión de minutos. Este componente emocional o especulativo es una de las razones por las que los precios a veces se comportan de forma aparentemente irracional en el corto plazo.
Por último, hay factores estructurales que también inciden: el sector al que pertenece la empresa, la competencia, el marco regulatorio, y la evolución tecnológica, entre otros. Una empresa puede estar bien gestionada, pero si su sector entra en declive o queda obsoleto, sus acciones probablemente se verán afectadas. Por eso es importante que cualquier análisis del precio de una acción se haga desde una mirada integral, que contemple tanto elementos internos de la compañía como variables externas del entorno en el que opera.
El precio de una acción está influenciado por muchos elementos, entre ellos:
- Resultados financieros de la empresa (ingresos, utilidades, deudas)
- Noticias relevantes (fusiones, lanzamientos, escándalos, etc.)
- Perspectivas económicas del país o sector
- Decisiones políticas, tasas de interés, inflación
- Sentimiento general del mercado
Por eso, antes de comprar acciones, es fundamental hacer análisis: fundamental (para conocer la salud de la empresa) y técnico (para interpretar patrones en los gráficos de precio). También es útil diversificar y no colocar todo el capital en una sola acción o sector.
Recordemos que las acciones pueden subir, pero también bajar, y que los precios no siempre reflejan el valor real de una empresa en el corto plazo.
Conclusión
Las acciones representan una de las formas más populares y efectivas de participar en el crecimiento económico de empresas y sectores. Al comprar una acción, no solo adquieres un activo financiero, sino una pequeña fracción de un negocio real, con todo lo que eso implica en términos de derechos, riesgos y oportunidades.
Invertir en acciones puede ser una excelente forma de construir patrimonio a largo plazo, siempre que se haga con educación, análisis y una estrategia bien definida. No se trata de adivinar el próximo “boom”, sino de entender en qué estás invirtiendo y por qué.
Gracias a la tecnología, hoy es posible comprar acciones desde una app, con montos bajos y acceso a mercados globales. Pero esa facilidad también implica la necesidad de mayor responsabilidad y conocimiento por parte del inversor.
Aprender qué es una acción y cómo funciona es solo el primer paso. Lo siguiente es seguir explorando, comparando empresas, entendiendo sectores y desarrollando tu propio criterio como inversor. Porque en el mundo bursátil, el conocimiento es el activo más valioso.
Preguntas frecuentes
¿Necesito mucho dinero para invertir en acciones?
No. Hoy en día puedes empezar con montos bajos, incluso comprando fracciones de acciones en algunas plataformas.
¿Todas las acciones pagan dividendos?
No. Algunas empresas prefieren reinvertir sus ganancias en lugar de repartirlas. Esto es común en empresas de crecimiento.
¿Es arriesgado invertir en acciones?
Como todo instrumento financiero, tiene riesgos. El precio puede subir o bajar. Por eso es importante diversificar y tener una estrategia.
¿Puedo vender mis acciones en cualquier momento?
Sí, siempre que el mercado esté abierto. La liquidez depende del tipo de acción y del volumen de operaciones diario.