Economía zombie: definición, causas, riesgos y ejemplos históricos

El término “economía zombie” puede sonar como algo propio de una película de terror, pero en el ámbito económico se utiliza para describir una situación muy real y preocupante. Se refiere a un escenario en el que una parte significativa de las empresas y, en algunos casos, hasta sectores completos de un país, sobreviven únicamente gracias a financiamiento constante, subsidios o condiciones crediticias artificialmente favorables, a pesar de que sus ingresos y eficiencia no les permiten sostenerse por sí mismos.

En este tipo de economías, muchas compañías no generan beneficios suficientes para cubrir los intereses de su deuda sin ayuda externa, pero continúan operando debido a la intervención de gobiernos, bancos centrales o instituciones financieras. A primera vista, esto puede dar una sensación de estabilidad, pero en el fondo se crea una estructura frágil que puede colapsar si se retira ese soporte artificial.

El concepto de “economía zombie” ha ganado popularidad desde la crisis financiera global de 2008, y volvió a tomar relevancia tras la pandemia de COVID-19, cuando numerosos países implementaron paquetes masivos de estímulo económico para evitar quiebras masivas. En esta guía analizaremos en detalle qué es una economía zombie, cómo se forma, sus características principales, riesgos, ejemplos históricos y qué lecciones podemos extraer para evitar que una economía caiga en este estado.

Definición de economía zombie

Una “economía zombie” es aquella en la que una cantidad considerable de empresas, sectores o incluso instituciones financieras solo se mantienen activas gracias a un flujo constante de crédito barato, refinanciaciones, rescates o subsidios, a pesar de ser incapaces de generar beneficios suficientes para cubrir sus obligaciones de manera autónoma.

El término proviene de la analogía con los zombis de la ficción: seres que están técnicamente muertos, pero que siguen moviéndose gracias a una fuerza externa o por inercia. En este contexto, las “empresas zombie” son organizaciones que, en un mercado competitivo y sin apoyo, ya habrían quebrado, pero continúan existiendo gracias a la asistencia externa.

Características de una economía zombie

  • Alta proporción de empresas no rentables: muchas compañías no pueden pagar los intereses de su deuda sin refinanciación constante.
  • Crédito barato y abundante: tasas de interés muy bajas o políticas monetarias expansivas facilitan la supervivencia de empresas inviables.
  • Intervención estatal frecuente: rescates financieros, subsidios y ayudas directas a empresas.
  • Baja productividad: la asignación de recursos se desvía hacia empresas improductivas, reduciendo la eficiencia global de la economía.
  • Estancamiento económico: crecimiento lento o nulo, a pesar del gasto y crédito abundante.

Causas principales

  • Crisis económicas severas: tras una recesión profunda, los gobiernos y bancos centrales suelen inyectar liquidez para evitar colapsos empresariales, lo que a veces mantiene vivas empresas inviables.
  • Políticas de tasas de interés bajas por periodos prolongados: facilitan que empresas endeudadas sigan refinanciándose indefinidamente.
  • Intervenciones excesivas: rescates sistemáticos a sectores enteros, como la banca o industrias estratégicas.
  • Distorsiones regulatorias: regulaciones que dificultan el cierre o la liquidación de empresas no rentables.
  • Dependencia de subsidios: sectores que sobreviven únicamente gracias a ayudas estatales recurrentes.

Ejemplos históricos de economías zombie

Japón en la década de 1990

Uno de los casos más citados de economía zombie ocurrió en Japón tras el estallido de su burbuja inmobiliaria y bursátil a principios de los años 90. La crisis dejó a muchos bancos con carteras llenas de préstamos incobrables y a empresas muy endeudadas. En lugar de permitir quiebras masivas, se optó por refinanciar y mantener vivas a las compañías, generando un prolongado estancamiento económico conocido como la “década perdida” (que en realidad se extendió más de 10 años).

Europa tras la crisis de 2008

Después de la crisis financiera global, varios países europeos vieron surgir empresas zombie, especialmente en sectores como la construcción y el inmobiliario. Los bancos, reacios a reconocer pérdidas, refinanciaban préstamos a empresas inviables para evitar contabilizar quiebras, lo que prolongó la recuperación económica.

Pandemia de COVID-19

Las ayudas estatales masivas, préstamos garantizados y moratorias de pagos durante la pandemia evitaron un colapso inmediato de muchas empresas. Sin embargo, en algunos casos prolongaron artificialmente la vida de negocios que ya eran poco viables antes de la crisis sanitaria.

Riesgos y consecuencias de una economía zombie

  • Asignación ineficiente de recursos: capital y trabajo quedan atrapados en empresas improductivas, limitando el crecimiento de sectores más dinámicos.
  • Estancamiento económico prolongado: la presencia masiva de empresas zombie reduce la innovación y la competitividad.
  • Fragilidad financiera: cuando suben las tasas de interés o se retiran apoyos, muchas empresas quiebran al mismo tiempo.
  • Distorsión del mercado: empresas inviables pueden ofrecer precios artificialmente bajos gracias a subsidios o crédito barato, afectando a competidores sanos.
  • Riesgo sistémico: si los bancos están expuestos masivamente a empresas zombie, un colapso puede amenazar la estabilidad financiera.

Cómo detectar una economía zombie

Existen varios indicadores que pueden alertar sobre la presencia de una economía zombie:

  • Porcentaje alto de empresas que no cubren intereses de su deuda durante varios años consecutivos.
  • Expansión prolongada del crédito sin crecimiento proporcional del PIB.
  • Productividad estancada o decreciente a nivel nacional.
  • Dependencia crónica de subsidios estatales en sectores clave.

Medidas para evitar o revertir una economía zombie

  • Permitir procesos ordenados de quiebra y liquidación de empresas inviables.
  • Focalizar ayudas en empresas con modelos sostenibles y viables.
  • Reforzar la supervisión bancaria para evitar refinanciaciones eternas sin análisis de viabilidad.
  • Establecer políticas que incentiven la innovación y la reasignación de recursos hacia sectores productivos.
  • Evitar mantener tasas de interés extremadamente bajas por periodos excesivos sin objetivos claros.

Conclusión

Una economía zombie puede dar la falsa impresión de estabilidad, pero en realidad oculta debilidades estructurales que pueden provocar un colapso repentino si se retira el apoyo externo. Aunque en determinadas circunstancias las ayudas y rescates son necesarios para evitar un daño inmediato, prolongar indefinidamente la vida de empresas inviables tiene un alto costo en términos de productividad, innovación y crecimiento.

La experiencia de países como Japón en los años 90, o de varias economías tras la crisis de 2008 y la pandemia de COVID-19, demuestra que las políticas económicas deben equilibrar el apoyo a corto plazo con reformas que promuevan la salud y viabilidad de largo plazo de las empresas. La clave está en distinguir entre salvar temporalmente a un sector estratégico en crisis y mantener de forma crónica un ecosistema de negocios improductivos que drenan recursos y oportunidades de crecimiento.

 

 

 

Preguntas Frecuentes

¿Qué significa exactamente “economía zombie”?

Es un escenario donde una parte importante de las empresas sobrevive solo gracias a ayudas, refinanciaciones o crédito barato, sin generar beneficios suficientes para sostenerse de forma independiente.

¿Por qué se utiliza el término “zombie”?

Porque, como en la ficción, las empresas están “muertas” en términos financieros, pero siguen operando gracias a una fuerza externa que las mantiene en movimiento.

¿Es siempre negativo tener empresas zombie?

No siempre. En crisis graves, mantener temporalmente empresas vivas puede evitar daños sociales mayores. El problema surge cuando esto se prolonga indefinidamente.

¿Cuáles son los riesgos principales?

Estancamiento económico, baja productividad, asignación ineficiente de recursos y riesgo de quiebras masivas cuando se retiran apoyos.

¿Qué ejemplos históricos existen?

Japón en la década de 1990, algunos países europeos tras 2008 y sectores afectados por la pandemia de COVID-19 son casos claros.

¿Cómo se puede salir de una economía zombie?

Reestructurando o liquidando empresas inviables, fomentando la innovación, reasignando recursos y manteniendo un sistema financiero sólido y prudente.

¿Afecta a los mercados financieros?

Sí. Si muchas empresas zombie quiebran de golpe, pueden generar pérdidas en bancos e inversionistas, afectando la estabilidad de los mercados.

¿Es un fenómeno nuevo?

No, pero ha ganado relevancia en las últimas décadas debido a la globalización, la interconexión de mercados y las políticas monetarias expansivas prolongadas.

Author Tomás Aguirre

Tomás Aguirre

Tomás Aguirre es un escritor financiero chileno, dedicado a la divulgación económica a través de artículos educativos sobre trading, inversiones y finanzas personales. Con un enfoque claro y didáctico, busca acercar el mundo de los mercados a lectores de habla hispana, brindándoles las herramientas necesarias para mejorar su conocimiento financiero y tomar decisiones más conscientes.