El utilitarismo es una corriente filosófica que ha tenido una profunda influencia en la teoría económica, especialmente en el desarrollo de la economía del bienestar. Su principio central es simple pero poderoso: una acción es moralmente correcta si genera la mayor felicidad posible para el mayor número de personas. En economía, esto se traduce en una orientación hacia la maximización del bienestar agregado, a menudo representado como utilidad total o suma de beneficios.
Desde Jeremy Bentham y John Stuart Mill, los padres fundadores del utilitarismo clásico, hasta su adopción en modelos económicos contemporáneos, esta idea ha dado forma a muchas decisiones de política pública, evaluaciones de eficiencia, y nociones de bienestar social. Sin embargo, también ha sido objeto de críticas intensas por sus supuestos simplistas, su visión agregativa y su falta de sensibilidad hacia la distribución, la justicia o los derechos individuales.
En esta guía, exploraremos el origen del utilitarismo, cómo se ha incorporado en la economía, en qué se basa su influencia en la toma de decisiones colectivas y personales, y cuáles son los principales cuestionamientos éticos, teóricos y prácticos que enfrenta en la actualidad.
Orígenes filosóficos del utilitarismo
El utilitarismo nace como una teoría ética en el siglo XVIII, desarrollada principalmente por Jeremy Bentham. Su postulado central es que la moralidad debe evaluarse según las consecuencias de una acción, específicamente en términos del placer o sufrimiento que genera. Bentham proponía una “aritmética moral”, donde las acciones podían ser valoradas por su capacidad de aumentar el placer o reducir el dolor.
John Stuart Mill, su sucesor más influyente, introdujo una distinción entre placeres superiores e inferiores y trató de refinar el enfoque, incorporando aspectos cualitativos y no solo cuantitativos. Esta evolución del pensamiento utilitarista sentó las bases para su aplicación más amplia, no solo en ética, sino también en política, derecho y economía.
El atractivo del utilitarismo radicaba en su aparente objetividad: ofrecía una métrica clara y medible (la utilidad) para evaluar acciones y políticas. Este enfoque fue adoptado con entusiasmo por economistas del siglo XIX y XX, quienes buscaban construir una ciencia económica basada en principios racionales, cuantificables y universales.
Utilitarismo en economía: la utilidad como medida de bienestar
En economía, el utilitarismo se traduce en la idea de que el objetivo del sistema económico es maximizar la utilidad total de la sociedad. Esta utilidad es entendida como una representación del bienestar o la satisfacción que los individuos obtienen del consumo de bienes y servicios.
Este enfoque es especialmente evidente en la economía del bienestar, una rama que estudia cómo se puede alcanzar el mejor estado posible para una sociedad. Bajo supuestos utilitaristas, el óptimo social se logra cuando se maximiza la suma de utilidades individuales, sin considerar necesariamente cómo se distribuye esa utilidad.
Modelos como el de utilidad cardinal (donde la utilidad se puede medir en valores absolutos) y el de utilidad ordinal (donde solo importa el orden de preferencias) parten del utilitarismo como marco teórico. También influyen en el diseño de políticas públicas, como la asignación de recursos, el análisis coste-beneficio y las decisiones sobre impuestos y transferencias.
Además, en contextos como la microeconomía o la teoría de la elección racional, se asume que los agentes buscan maximizar su utilidad personal, un supuesto heredado directamente del pensamiento utilitarista clásico.
Aplicaciones prácticas del utilitarismo en economía
El utilitarismo ha influido en muchas áreas del análisis económico. Algunas de las aplicaciones más relevantes son:
- Evaluación de políticas públicas: A través de análisis coste-beneficio, donde se busca maximizar el bienestar neto de una intervención.
- Impuestos y redistribución: Justificados bajo la idea de que una unidad monetaria adicional genera más utilidad a un pobre que a un rico.
- Regulación de mercados: Mediante intervenciones que aumenten el excedente total (consumidor + productor).
- Economía ambiental: Cálculo de externalidades y políticas óptimas que maximicen el bienestar social (por ejemplo, impuestos al carbono).
- Toma de decisiones colectivas: Evaluación de sistemas de votación o elecciones sociales basadas en agregación de preferencias individuales.
En todos estos casos, el objetivo es maximizar la utilidad social. Sin embargo, este enfoque también ha generado controversias, especialmente cuando se ignoran aspectos cualitativos como los derechos, la equidad o la justicia.
Principales críticas al utilitarismo económico
A pesar de su influencia, el utilitarismo ha recibido numerosas críticas desde distintas disciplinas, en especial desde la ética, la filosofía política y la economía misma. Algunas de las objeciones más relevantes son:
- Ignora la distribución: Dos sociedades pueden tener la misma utilidad total, pero niveles muy distintos de equidad. El utilitarismo no distingue entre una distribución justa o injusta del bienestar.
- Reduce el bienestar a una única métrica: No todo lo valioso es cuantificable en términos de utilidad. Aspectos como la libertad, la dignidad o los derechos humanos quedan fuera del cálculo.
- Riesgo de justificar injusticias: En algunos casos, una política que mejora el bienestar de la mayoría puede dañar gravemente a una minoría, y el utilitarismo no lo impide.
- Dificultades prácticas: Medir y comparar utilidades entre personas es extremadamente complejo, incluso imposible en muchos casos.
- Supuestos cuestionables: El modelo de "agente racional maximizador de utilidad" es simplista y no representa la complejidad del comportamiento humano.
Filósofos como Robert Nozick y Amartya Sen han señalado que una buena teoría del bienestar debe considerar también la libertad individual, las capacidades, las oportunidades reales y el respeto por los derechos, no solo las consecuencias agregadas.
Alternativas al utilitarismo en economía
Ante las limitaciones del utilitarismo, han surgido otras aproximaciones al bienestar económico. Algunas de ellas son:
- Teoría de las capacidades (Amartya Sen): En lugar de utilidad, se enfoca en lo que las personas pueden hacer o ser (sus capacidades reales para vivir una vida que valoran).
- Economía de la felicidad: Utiliza estudios empíricos para analizar el bienestar subjetivo, más allá de la utilidad teórica.
- Enfoques de justicia distributiva: Como el de John Rawls, que prioriza mejorar la situación de los más desfavorecidos.
- Teorías pluralistas: Que combinan múltiples valores (igualdad, libertad, seguridad) en la evaluación de políticas.
Estas propuestas no niegan por completo el valor del utilitarismo, pero lo ven como una herramienta parcial que debe complementarse con otras consideraciones éticas y sociales.
Conclusión
El utilitarismo ha sido una de las ideas más influyentes en la historia del pensamiento económico. Su enfoque en la maximización del bienestar total ha servido como base para numerosos modelos, políticas y marcos teóricos en áreas como la economía del bienestar, la regulación de mercados o el análisis de políticas públicas.
Sin embargo, su simplicidad también es su mayor debilidad. Al centrarse exclusivamente en resultados agregados, deja de lado elementos fundamentales como la equidad, los derechos individuales y la complejidad del comportamiento humano. Esta visión reduccionista ha llevado a repensar el utilitarismo y a buscar marcos más integradores que capturen la riqueza de la experiencia humana y los desafíos de la justicia social.
Comprender qué es el utilitarismo y qué críticas se le hacen es clave para cuestionar cómo se diseñan las políticas económicas y a qué valores responden. Solo así podremos avanzar hacia una economía que no solo sea eficiente, sino también más humana y justa.
Preguntas frecuentes
¿Qué significa utilidad en economía?
Es una medida del bienestar o satisfacción que una persona obtiene del consumo de bienes y servicios. En el utilitarismo, se busca maximizar la utilidad total de la sociedad.
¿Es el utilitarismo una teoría ética o económica?
Es originalmente una teoría ética, pero fue adoptada por la economía como base para evaluar decisiones y políticas en términos de bienestar agregado.
¿El utilitarismo justifica cualquier acción que beneficie a la mayoría?
Sí, en su forma clásica. Por eso ha sido criticado por no proteger adecuadamente a las minorías o los derechos individuales.
¿Qué alternativas existen al utilitarismo en economía?
Algunas son la teoría de las capacidades de Amartya Sen, la economía de la felicidad, los enfoques de justicia distributiva y las teorías pluralistas del bienestar.